A mis 29 años conocí una mujer por internet que vivía
en Alicante y tras un año de idas y venidas en puentes y unas vacaciones…lo
deje todo aquí para ir a vivir con ella y su hija. El primer año estuve
muy bien, pero con el tiempo fui descubriendo que el carácter de ella se
endurecía en demasía, y me sentía como atrapado entre la espada y la pared, y
llegue a cuestionarme, si realmente quería seguir con ella o no. Fue difícil
tomar la decisión, pero lo que está claro, es que intentar dilatar una relación
en la cual no estás cómodo, es una estupidez, porque ya tenemos suficientes
momentos en la vida con preocupaciones, como para añadirlos a una persona con
la que convives y que no responde en cuanto a afinidad contigo. Hay cosas que
no tolero en una relación y que son vitales, como pueda ser, No chillar, No
faltar al respeto, Ni manipularte psicológicamente. No me van las mujeres
“sargento” que puedan manejar a un hombre a su antojo y quieran un modelo
especifico de hombre que cubran sus necesidades de cara a la galería. Yo soy
como soy y nunca cambiaré, es así. Por supuesto que respetaré las normas de
convivencia, pero en cuanto a mi personalidad y a mi manera de actuar sobre las
cosas, tengo las mías propias, con mis defectos y virtudes, y prefiero dialogar
y debatir, que discutir y no llegar a nada con alguien que siempre pretende
tener la razón en todo.
En los últimos meses de relación mantenía flirteos y
encuentros con una vecina del bloque que tenía unas tetas impresionantes y
aunque los últimos días antes de volverme a Barcelona, tuve la posibilidad de
follar con ella…no lo hice. No me encontraba centrado y estaba dolido por la
situación. Pero, me di cuenta de que potencialmente podía ser infiel y no me
gusta hacer esas cosas a escondidas, aunque por otro lado fuertes deseos por
otras mujeres me empujaba a ello. Durante el tiempo en que la relación empezaba
a saturarme y se convertía en algo tan rutinario, me daba cuenta, de que no
podía ser yo, que es como si estuviera programado para hacer un papel
concreto…y encontraba a falta algo. Poco a poco empecé a crear fantasías con
nuevas mujeres que conocía en esa tierra lejana e incluso empecé a crear el
primer prototipo web de Morbomania. Con todas mis fotos porno recopiladas de
mis pajeos, elaboré una web con galería y mis fotos privadas en webcam. Volvía
a ser yo y a excitarme en mis momentos húmedos.