La
década de los 90 fue la más divertida y recordada por muchos en mis actuaciones
como stripper y mí cachondeo en las fiestas y salidas con mis amigos. Durante
esa época tuve mis primeras relaciones, no muy duraderas, pero algunas de ellas
muy pasionales, intensas y con mucho sexo. La mayoría de ellas, con mujeres de
mayor edad que yo. Eran maduritas sensacionales, no solo por las folladas que
nos metíamos, sino por lo interesante que fue conocerlas. Por el momento si me
dieran a elegir entre las mejores etapas de mi vida seria desde los 23 a los 28
años, aunque no es la única mejor, por supuesto. Mi timidez de niño quedo
arrinconada y atada para dar paso a mi exhibicionismo como stripper y
posteriormente como performance de un grupo de rock. Para mí ya no existían las
palabras “vergüenza”, ni “pudor”, ya que sobran en mi vocabulario. Hay muchas
otras cosas que dan más vergüenza en el mundo y sin tener que enseñar la polla,
así que, personalmente no me arrepiento de nada y si pudiera, lo volvería a
hacer. De hecho el pasado mes de Agosto, hice mi último numerito en el karaoke
de un amigo, aunque eso sí, me quede en tanga y nada más.
dilluns, 7 d’octubre del 2019
Enseñando Polla (1995)
La
década de los 90 fue la más divertida y recordada por muchos en mis actuaciones
como stripper y mí cachondeo en las fiestas y salidas con mis amigos. Durante
esa época tuve mis primeras relaciones, no muy duraderas, pero algunas de ellas
muy pasionales, intensas y con mucho sexo. La mayoría de ellas, con mujeres de
mayor edad que yo. Eran maduritas sensacionales, no solo por las folladas que
nos metíamos, sino por lo interesante que fue conocerlas. Por el momento si me
dieran a elegir entre las mejores etapas de mi vida seria desde los 23 a los 28
años, aunque no es la única mejor, por supuesto. Mi timidez de niño quedo
arrinconada y atada para dar paso a mi exhibicionismo como stripper y
posteriormente como performance de un grupo de rock. Para mí ya no existían las
palabras “vergüenza”, ni “pudor”, ya que sobran en mi vocabulario. Hay muchas
otras cosas que dan más vergüenza en el mundo y sin tener que enseñar la polla,
así que, personalmente no me arrepiento de nada y si pudiera, lo volvería a
hacer. De hecho el pasado mes de Agosto, hice mi último numerito en el karaoke
de un amigo, aunque eso sí, me quede en tanga y nada más.
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